Gastón
Lopez, Helena. La discapacidad visual y las TIC en la etapa escolar. Observatorio
tecnológico. Ministerio de educación cultura y deporte. 2006. http://recursostic.educacion.es/observatorio/web/es/cajon-de-sastre/38-cajon-de-sastre/322-la-discapacidad-visual-y-las-tic-en-la-etapa-escolar
"¿Para qué le va a servir el
ordenador a un niño que no puede ver la pantalla? ¿Qué beneficios le puede
reportar?” Estas son
algunas de las preguntas que se puede realizar un maestro.
Actualmente
las tecnologías son una herramienta para el trabajo, el ocio y la comunicación.
Cualquier actividad está muy relacionada con las tecnologías. El ordenador supone
una herramienta necesaria para vivir tanto para los más mayores como para los
niños de primaria. Los más pequeños la llevan incorporada desde que nacen.
Aprenden a manejar el DVD antes que sus padres, han cambiado los álbumes de cromos
por las videoconsolas y los botones representan para ellos algo similar a lo
que un lápiz representaba para nosotros.
Además,
las nuevas tecnologías también se utilizan para niños con problemas. Personas
sin visión, al igual que las personas sin movilidad son de las que más se
pueden beneficiar del uso de la tecnología. Más allá, las tecnologías son
utilizadas por las personas con discapacidad visual en el trabajo e incluso la
informática es una gran salida profesional para muchos de ellos. Pero, ¿cuál es la situación en la escuela?
Hasta
ahora el uso que niños videntes y ciegos hacían del ordenador en la escuela era
equiparable, y las tecnologías hacían más fácil la integración: los alumnos
toman notas con mayor facilidad en un braille hablado o en un ordenador
portátil que en la antigua máquina de escribir braille; los apuntes pueden ser
enviados por correo electrónico a los maestros itinerantes (maestros de apoyo
del equipo específico) para que los transcriban, las impresoras permiten que lo
que el niño escribe en braille lo imprima en tinta para su maestro. Hay
programas y páginas web como correos electrónicos que son perfectamente
manejables con revisores de pantallas, por lo que también se les ha facilitado
la comunicación. Además todo esto hace que su autoestima y sensación de
competencia suba a la par que aumenta sus posibilidades de integración, pues
puede comunicarse con sus compañeros, hablar de las mismas cosas, aprender de
ellos y enseñarles también a ellos, intercambiarse apuntes, correos
electrónicos...
Los
beneficios son pues palpables. Pero el problema llega ahora.
La
informática deja de ser una asignatura, extraescolar en muchos casos, para
convertirse en una herramienta para el uso en todas las materias. La
incorporación del ordenador al aula es una realidad en muchos centros y la edad
de iniciación desciende hasta la educación infantil.
Y
la pregunta es: ¿hasta dónde puede un niño ciego manejarse con un ordenador? El
niño ciego es capaz de hacer más cosas de las que normalmente uno se imagina.
Sólo hay que darle las herramientas adecuadas y tener un poco de paciencia en
el inicio de los aprendizajes. El niño ciego está acostumbrado a que los
videntes le informemos de lo que vemos en el entorno, por lo que si el propio
programa se encarga de contarle lo que hay en pantalla de una forma suficiente
pero no invasiva, tampoco la información será problemática. La ejecución de las
tareas (selección, arrastre, escritura
) es lo más complejo ya para ello se requiere: contar con herramientas
apropiadas para que el niño pueda seguir usando el tacto cuando lo requiera,
que los programas sean realmente accesibles en su manejo, locuciones
y que de alguna forma se pueda
interactuar con ellos sin el manejo del ratón. La mayoría de estos problemas ya
están solucionados o en vías de ello. Se pueden utilizar tabletas
digitalizadora con láminas en relieve para algunos ejercicios, en los que el
lápiz magnético funcionará a modo de ratón; se pueden realizar otros ejercicios
mediante teclado si están bien programados
.
Por tanto, cuando los diseñadores y programadores entiendan lo que el niño
necesita, se comprueba que hacer software realmente accesible no es imposible
ni tan complejo como pensaban inicialmente. Y de esta manera se consigue
integrar el uso de las tics en aulas con niños ciegos.
Clara Mora Barrera
2º Grado de Educación Primaria
Universidad UCH-CEU. Valencia.
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